«He dado ese título a mis palabras, porque en este largo camino de 75 años de presencia en Logroño, desde ese 1943 al 2018 actual, han sido muchas las orquestas, las batutas de dirección que han hecho realidad la maravillosa sinfonía del colegio Inmaculado Corazón de María, de gran raigambre y solera en la ciudad de Logroño, conocido popularmente entre nosotras como “Colegio del Sotillo”. Sí, así lo reconocemos, porque fue en una finca llamada el Sotillo, donde después de un año de experiencia en un lugar que resultó inapropiado, se comienza a escribir la primera partitura de esta sinfonía con alumnas, de primaria, ingreso al Bachillerato e internado. Alumnas que irán aumentando y para ellas se van implementando las materias de aprendizaje que su formación necesita: Cálculo, contabilidad, taquigrafía, idiomas modernos, música magisterio (presentándose libres), dibujo y pintura. Tiene ya una calidad y tono alto esta partitura de formación. No olvidemos que hablamos de los años anteriores al 50.
Las religiosas que con las alumnas caminan se van sucediendo, no podemos nombrarla a todas, son muchas las que han dejado aquí gran parte de su vida. Las escolapias, han ido cambiando, como fue cambiando la configuración de la finca que sufre expropiaciones para mejoras de la ciudad, en compensación se van comprando fincas colindantes para dar respuesta a las necesidad del número de alumnas y exigencias de la Administración Educativa. En el año 68 se inaugura la iglesia actual y en el 1969 ya tenía el colegio 988 alumnas. Los pabellones van tomando forma y ya, muchos de nosotros, hemos visto construir el pabellón de infantil y el maravilloso polideportivo tantas veces añorado.
Este es el gran escenario, necesario para la buena acústica, pero donde la sinfonía se crea, donde de verdad suena la música es dentro donde está los alumnos y alumnas razón de ser de nuestro cuidado y entrega.
Y esa música que dentro suena es diversa. Y la diversidad es riqueza. Se van escribiendo partituras nuevas de aprendizaje según el Sistema Educativo se va modificando, y cambiando los ministros de educación con sus diferentes Leyes. Desde la novedosa y necesaria Ley del 70, de Villar Palasi, hasta la de nuestros días, anhelando un pacto por la educación que nunca llega, y por eso siempre hay que estar afinando e incorporando nuevos instrumentos y técnicas, para que los músicos, nuestro profesorado y directivos de la gran orquesta, consigan que el colegio, siga sonando bien, mantenga el tono acertado y la calidad que siempre ha tenido el Colegio Inmaculado Corazón de María.
La llegada de la coeducación animó con nuevas voces masculinas la sinfonía y nuevos planteamientos nos llevaron a compartir niveles con otras congregaciones, como fue un tiempo el COU Valvanera y ahora el Bachillerato Intercongregacional Santa María, continuación de la secundaria. Hoy el Colegio forma parte de nuestra Fundación Escolapia que desde una Misión Compartida con los laicos permite al colegio mantenerse fiel al carisma de las Escolapias.
Además de todo el personal del Centro, hay batutas que desde fuera, acompasan y acompañan siendo parte integrante de la orquesta. Son las familias que con confianza dejan aquí a sus hijos seguros de que se buscará lo mejor para ellos, pues
ellos son lo importante lo que da sentido y sonoridad a todo que se hace. Son parte esencial a nivel individual y como Asociación que colabora y apoya desde la primera Asociación creada en 1961.Hoy también el AMPA, tiene ya una larga historia.
En esta sinfonía in crescendo, cada curso suenan nuevas melodías en las distintas actividades, académicas, pastorales, deportivas, culturales… valoradas y cuidadas, algunas premiadas y reconocidas por organismos oficiales. De toda esta vida, quiero hacer mención a dos partituras especiales que no podemos olvidar, porque su música ha llegado lejos y de un nombre que se ha perpetuado en la capilla del Colegio.
Me refiero en primer lugar a la iniciativa que tuvo M. Carmen Ineva que en 1960 abre una escuela profesional, que en sus primeros años dependía de este Colegio. Será la primera escuela Profesional Femenina de Logroño, y fue el germen de la “Escuela Montal” de la Carretera de Burgos y que hoy es el nuevo colegio de la calle Portillejo. Mujer feminista Madre Carmen Ineva, que ya entonces se preocupó de promocionar a la mujer trabajadora de Logroño.
Y en segundo lugar menciono, ahora sí que hablo de música de verdad, a la Escolanía que bajo la batuta de la exalumna Isabel Calatayud, llevó con sus voces el uniforme y nombre del Colegio por España y países de Europa.
Y el nombre: Madre Pilar Solsona. Modelo de escolapia sencilla, mujer que en lo cotidiano alcanza la santidad. Pasó los últimos años de su vida entre estas paredes y hoy reposa para veneración de todos en la capilla del Colegio.
75 años. Tiempo en el que numerosas generaciones han salido preparadas para afrontar la vida, Se han ido con una maleta llena de valores, de conocimientos, de estrategias, de experiencias vividas, que han cimentado lo que hoy son. Ojalá siempre se hayan llevado valores cristianos que les den razones para vivir y para esperar.
75 años. Tiempo en el que mucho profesorado, personal de administración y servicios, colaboradores, familias, han pasado por aquí y han hecho realidad lo que hoy es el Colegio.
75 años. Tiempo en el que muchas religiosas escolapias, desde aquella primera comunidad en 1943, han dado su vida de diferentes formas, para poder celebrar lo que hoy estamos celebrando.
A todos, a los de antes y a los de ahora, gracias. Gracias porque entre todos hemos hecho y podemos hacer, que esta SINFONÍA EDUCATIVA SIGA IN CRESCENDO.»
Mª Pilar Gabasa. Sch.P.
Superiora Provincial